San José de Urama -Dabeiba, vivió, durante el mes de julio, un ejercicio clave para el futuro del programa de desarrollo integral para comunidades sostenible que se implementa en su territorio. Se trató de la evaluación de medio término, un proceso que permitió analizar, con herramientas cuantitativas y cualitativas, el grado de apropiación de las capacidades y condiciones promovidas desde el inicio del programa.
Más que ahorro: Cohesión Social y Poder Colectivo
El propósito fue claro: valorar los avances reales en las familias y en las comunidades, identificar oportunidades de mejora y trazar, con base en la evidencia, un Plan de Cierre de Brechas que potencie la etapa de afianzamiento del programa.
La evaluación se construyó bajo un enfoque mixto. Por un lado, se diseñó y aplicó una encuesta domiciliaria a las familias que han hecho parte del programa desde la línea base, incluyendo aquellas con baja participación reciente. Este instrumento, aplicado casa a casa, ofreció una mirada cuantitativa sobre la apropiación de capacidades y condiciones.
Por otro lado, se llevaron a cabo grupos focales diferenciados con actores clave de la comunidad: familias sostenibles, líderes, jóvenes y productores. Durante dos días en territorio, se desarrollaron seis talleres explorando percepciones, aprendizajes y desafíos directamente expresados por quienes han vivido la experiencia.
Ambas fuentes —lo cuantitativo y lo cualitativo— se integraron para ofrecer un análisis robusto y contextualizado, capaz de reflejar los avances y también los aspectos que requieren fortalecimiento.
El propósito fue claro: valorar los avances reales en las familias y en las comunidades, identificar oportunidades de mejora y trazar, con base en la evidencia, un Plan de Cierre de Brechas que potencie la etapa de afianzamiento del programa.
Articulación de equipos para una mirada integral
Este proceso fue posible gracias a la articulación entre el equipo técnico y operativo en territorio, el equipo de gestión del conocimiento y monitoreo de la Fundación Alpina —operador del componente de desarrollo económico del programa—, así como el equipo de gestión del conocimiento y monitoreo de la Alianza para el Desarrollo.
Se trató de un ejercicio de evaluación con sentido estratégico, pero también profundamente humano, donde la rigurosidad técnica se combinó con el conocimiento del contexto, la confianza construida con la comunidad y el compromiso con el desarrollo sostenible.
Una base sólida para tomar
decisiones
La evaluación de medio término no es solo un ejercicio de medición, sino una herramienta para la toma de decisiones informadas. Con los resultados en proceso de consolidación, será posible formular acciones que respondan a los vacíos detectados, optimicen los esfuerzos realizados y orienten la siguiente fase de implementación del programa en San José de Urama.
De este modo, la evaluación se convierte en brújula y punto de inflexión: permite mirar hacia atrás con claridad y proyectar con precisión los próximos pasos.
Con los hallazgos en proceso de análisis, se abre un nuevo momento para el territorio. Uno en el que el desarrollo ya no parte de la intuición, sino de la evidencia. Donde cada decisión puede afinarse a partir de datos reales y testimonios vivos. Y donde cada paso hacia adelante se da con más consciencia del camino ya recorrido.